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Tercera parte de Cristianismo, Juventud y Cine

10º Encuentro de Cine y Sociedad – Tercera parte – del 24 de mayo al 10 de agosto

El punto de vista juvenil sobre la religión cristiana, con su afán de parodia y sátira tal como se retrata en Dogma o El día de la bestia dista mucho de la visión que los grandes directores arrojaron sobre el tema. Películas como Los cuentos de Canterbury, Viridiana, La última tentación de Cristo o Yo te saludo, María significaron un duro golpe en la sensibilidad de las autoridades religiosas cuando fueron estrenadas, y aún hoy siguen removiendo aspectos centrales de las sensibilidades, ideas y prácticas confesionales. La distancia entre ambas visiones quizás radique, entre otras cosas, en el vínculo diferencial que mantienen con la religión, el conocimiento de la misma, su historia, sus tradiciones.

Seguramente, el peso de la religión en la propia conciencia de los grandes realizadores o en la conciencia social de su época no es algo ajeno a las tensiones que sus películas manifiestan, muy a menudo, cargadas ellas mismas de una sutil religiosidad. Podemos suponer que en el pasado, incluso en el pasado reciente, la influencia de la religión fue más poderosa, y por ello mismo su crítica, o su abordaje cinematográfico (tal como en Luz de invierno), debió ser más radical, más profundo, más acuciante.

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Segunda parte de Cristianismo, Juventud y Cine

Cabe reconocer que existe actualmente un nuevo impulso en la producción de un cine religioso de cuño hollywoodense. Como ejemplo, está La pasión de Cristo, esa suerte de orgí­a morbosa de sangre y carne en descomposición. Una pelí­cula que está más cerca de la saga Arma mortal, que de la profundidad semántica y el calado en el tratamiento estético que los grandes maestros del cine volcaron en sus abordajes del mismo tema, como se verá en este ciclo. Y allí­ está también El código Da Vinci: un thriller detectivesco, seudo religioso, que banaliza al extremo los evangelios, absolutamente distante incluso de esa búsqueda que, también en clave de thriller, hiciera Annaud, veinte años atrás, a partir del libro de Umberto Eco: El nombre de la rosa.

Cristianismo, Juventud y Cine

Décimo Encuentro de Cine y Sociedad, del 24 de mayo al 10 de agosto de 2007. Primera parte:

«Menos músculos y más espiritualidad», propuso la diseñadora de moda masculina, Donatella Versace, para la última temporada de invierno en Europa. Su fuente de inspiración, en esta oportunidad, fue la figura de Georg Gaenswein, secretario personal del Papa Benedicto XVI. «Si lo analizas, te das cuenta que pocos lugares en el mundo tienen tanta influencia como el Vaticano», reflexionó la portavoz de Versace, mientras jóvenes de una belleza angelical, vestidos en trajes de negro riguroso, dignos émulos del secretario del máximo prelado, desfilaban por las pasarelas de Milán. ¿Será que en la actualidad, en el marco de una sociedad de consumo, la influencia del Vaticano entre las nuevas generaciones se reduce a su imposición de un estilo de indumentaria, proyectándose a través del sistema de la moda? ¿Cuál es el lugar de la religión cristiana en el mundo actual? ¿Cuál fue ese lugar en el pasado?

Este décimo Encuentro de Cine y Sociedad apunta a reflexionar sobre estos tópicos sin ninguna pretensión preceptiva, orientando la programación con un objetivo informativo y formativo, dirigiéndonos básicamente a un público juvenil. […]Estos temas, y otros que iremos presentando en futuros boletines, serán abordados por el 10º Encuentro de Cine y Ciencias Humanas, Juventud, Cine y Religión, que se extenderá hasta el mes de agosto y prevé exhibir una treintena de pelí­culas, combinándolas con la realización de paneles de debates.