Espacio Utópico

El Grupo Dodecá se conformó a fines de la década de los ochenta, en Montevideo. Actualmente está integrado por personas de ambos sexos, distintas edades (niños, jóvenes y adultos) y distintas profesiones, conformando una comunidad intencional de carácter urbano. El grupo comunitario se autosustenta mediante los ingresos obtenidos por sus miembros en el ejercicio de profesiones y trabajos asalariados. Desde el año 2001 nos abocamos a impulsar nuestro propio Centro Cultural, el cual busca desarrollarse como un medio de divulgación y producción cultural (cine, música, teatro, plástica, literatura e investigación social y polí­tica).

En Dodecá nos proponemos llevar adelante una utopí­a cuya máxima realización implica que el desarrollo del potencial creativo de cada individuo sea la condición para el desarrollo del potencial creativo de todos. Obviamente, las reglas de juego en nuestras sociedades hacen imposible llevar adelante esta utopí­a en toda su amplitud. Pero no nos impiden la construcción de espacios en los cuales los individuos nos orientemos de manera colectiva y solidaria a realizar la utopí­a, y a difundir sus posibilidades actuales.

Utopía

Hay quienes piensan que la utopí­a ha abandonado nuestro mundo. Que se ha ido deambulando por las ruinas del progreso iluminista, del marxismo cientí­fico, de la rebeldí­a contracultural y del socialismo real. Hay quienes piensan que luego de tantas desilusiones ya no es deseable ninguna utopí­a. Pero si ya no existiese la utopí­a, si ya no tuviese espacio: ¿no la seguirí­amos anhelando ante la triste realidad del presente? Seguramente la seguiremos deseando, aunque ello no nos debe impedir reconocer que la utopí­a requiere ser reconstruida para su realización y ser realizada para su reconstrucción.

Entonces, nuestra forma de concebir la utopí­a se opone diametralmente al sentido que usualmente le atribuyen quienes la presentan como algo «deseable pero imposible de realizar». Por el contrario, en Dodecá la pensamos y la vivimos como algo que puede ser concretado en la práctica, siempre y cuando seamos capaces de remover los obstáculos que la realidad le opone.

De ahí­ la necesidad de construir los Espacios Utópicos, unión paradójica de términos antitéticos, verdadero cortocircuito semántico. Los espacios utópicos vendrí­an a ser los ámbitos de realización práctica de la utopí­a.

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