«Difícilmente se encuentre una actividad más en solitario que el acto fotográfico. La mirada descubre al motivo, lo desgrana, lo imagina, lo disfruta, en íntima y silenciosa soledad. La excepción es, quizás, la particular asociación que se crea entre el fotógrafo y su objeto en el momento del retrato fotográfico. Algo parecido a una complicidad no explícita, que conforma un pacto entre ambos.
Todos somos actores en el teatro de la vida. Cuando nos enfrentamos a una cámara, actuamos con la esperanza de ser reconocidos como lo que querríamos ser. La Foto-retrato es una empalizada de fuerzas. Cuatro imaginarios se cruzan, se afrontan, se deforman. Ante el objetivo soy a la vez: aquel que creo ser, aquel que quisiera que crean, aquel que el fotógrafo cree que soy y aquel de quien se sirve para exhibir su arte, dice Roland Barthes desde su posición de retratado, y agrega: la fotografía es una astuta disociación de la conciencia de la identidad y, paradojalmente, la sociedad se sirve de la fotografía para darnos una identificación.
Hace mucho tiempo que quería hacer una muestra de retratos. Una muestra que reuniera el resultado de esos encuentros furtivos con personas que son, en algunos casos, amigos entrañables, o gente que admiro o que he admirado, o simplemente gente que he conocido fugazmente pero cuyos rostros emitían destellos que me atraparon aunque más no fuera por un instante.A todos ellos, cómplices circunstanciales, gracias.»
Oscar Bonilla
Inauguración de la muestra lunes 10|mayo|19 hs.