El cine de Joseph Losey

Posted on Feb 27, 2014

A cada cual su Losey. Unos suspiran nostálgicamente por la franqueza y sencillez de sus comienzos en The Boy With Green Hair y The Lawless; otros opinan que películas como Time Without Pity y The Criminal no podrán ser igualadas en cuanto a pureza y audacia de su mise en scène; otros, en fin, afirman que la carrera de Losey comienza con su revelación como un maestro en The Servant.

Mi particular punto de vista —y la única razón para mencionarlo aquí es la de explicar la actitud que ha inspirado las preguntas hechas a Losey en este libro— es que existe una progresión firme y perceptible desde The Boy With Green Hair hasta Accident. Como ha dicho el crítico francés Gilles Jacob: «Si es cierto que, en esencia, una película de Losey consiste en examinar cómo su personaje principal evoluciona de la oscuridad a la luz, esta misma imagen podría aplicarse a su propia obra, que durante veinte años se ha edificado sobre una serie de experimentos constantemente dirigidos hacia una comprensión más precisa de su arte. En este sentido, el personaje principal de Losey es el propio Losey, quien parece destinado a que se le recuerde menos por su mutilado conjunto de obras —algo así como el boceto de una película ideal jamás materializada— que por sus peregrinajes intelectuales en busca de un estilo». (Esto fue escrito a principios de 1966, y tengo la impresión que dicha película ideal se ha materializado ahora con Accident —pero eso es ya otra historia).

Hablé antes de «progresión perceptible», pero el concepto, por supuesto, resulta muy limitado. En su momento, sus primeras películas de los años sesenta (The Criminal, The Damned, Eve) resultaban algo desconcertantes: eran brillantes, hipnóticas, pero también frenéticas, recargadas y por lo mismo con tendencia a caer en lo pretencioso. Al igual que sus primeras películas inglesas, mucho más irregulares, no guardaban ninguna relación con el Losey de Hollywood, presente en el recuerdo como un realizador de films directos, sosegados y, sobre todo, dominados por el espacio: las calles anchas, vacías y los paisajes áridos en The Lawless; las paredes blancas y desnudas de la casa española en The Prowler; el paisaje urbano de piedra y cemento en M. Al ver de nuevo estas películas, uno comprende que esta sensación de espacio aireado y sin límites no es rigurosamente exacta; que en M, por ejemplo, el asesino de niños no se halla solo en la selva de cemento del garaje donde es juzgado por el mundo del hampa, sino que lo parece a causa de la extrema habilidad con que ha sido seleccionado de su entorno. Esto es algo que, según explica Losey en la entrevista que sigue, entra de lleno en el campo de su colaboración con John Hubley y Richard MacDonald.

Pero en sus primeras películas inglesas, con sus ángulos y efectos rebuscados, Losey parecía optar por el amaneramiento en vez de la selección inteligente. Es ahora, sin embargo, cuando queda claro que Losey estaba atravesando un período de evolución, para adaptar su estilo a una visión nueva, más profunda y matizada de la complejidad del hombre y de sus problemas; el «amaneramiento» no era sino la exteriorización de sus intentos de asimilar esta nueva visión. A Losey no le ayudó precisamente durante esta transición el verse obligado, hasta Eve, a trabajar sobre temas que no había elegido, pero que aún así debía guiar, establecer y modelar. Pero al emprender The Servant su estilo había llegado a la madurez, y el efectismo de su cámara se hallaba por completo al servicio de su visión.

Dicho escuetamente (podrían formularse toda clase de reservas, pero lo esencial está ahí), la diferencia entre las películas inglesas que preceden y suceden a The Servant es la de que antes la selección consiste en subrayar lo que el espectador debe ver, mientras que después se reduce a eliminar lo que no debe verse. En Time Without Pity, por ejemplo, el espectador se ve obligado a fijar su atención en el desnivelado apartamento y la reproducción del toro de Goya en la pared, que visualiza la ferocidad de Stanford; en Accident, el indolente desorden de la casa de Stephen —una imagen, si el espectador se molesta en atar cabos, de su estado de indecisión— simplemente está.

Con Accident, en efecto, Losey completa el círculo de su retorno a la simplicidad de The Boy With Green Hair. Pero hay simplicidad y simplicidad; en lo que respecta a Accident, quizá el de lucidez fuese un término mejor para describir la serena impavidez con que Losey controla y organiza temas y personajes muy complejos. Buscando la palabra «lúcido» en el diccionario, me encuentro con una embelesadora definición de Accident: «Resplandeciente: transparente: fácilmente comprensible: intelectualmente brillante: no empañado por la locura».

Conversaciones con Joseph Losey, Tom Milne 1967

El ciclo El cine de Joseph Losey comienza el jueves 6 de marzo a las 20 hs. Las exhibiciones son los jueves a las 20 hs. y los sábados a las 19 hs. Más información aquí.