Godard y el Mayo francés

Posted on Sep 19, 2022

Por el Dr. Alejandro Ventura

A los 91 años, por suicidio asistido, ha muerto Jean-Luc Godard, artífice del cine moderno y uno de los fundadores eximios de la Nouvelle Vague francesa. Dodecá rinde homenaje a este gran maestro del cine, reproduciendo algunos fragmentos del capítulo Godard y el Mayo francés del libro Juventud y cine. De los jóvenes rebeldes a los jóvenes virtuales del Dr. Alejandro Ventura, docente de la institución.

“Un acontecimiento particularmente relevante dentro de la vorágine contracultural de los años 60, fue el Mayo francés. La impronta política que los jóvenes estudiantes le dieron a la creciente escalada de protesta radical antisistema con visos insurreccionales —que puso “en jaque” al gobierno de Charles de Gaulle— marca una especificidad determinante en el mecanismo de adaptación rebelde de la época. Jean Luc Godard es un artista clave, en términos cinematográficos, para intentar una aproximación inicial a dicho acontecimiento (…) En 1967, un año antes de la explosión del Mayo, Godard presenta una de sus culminaciones artísticas de los años 60: La Chinoise. Se trata de una película que “avanza un paso más en el itinerario del cine político militante y es la continuación natural y la superación del discurso político que Godard expuso en Masculin-Féminin pues tiene por tema las alternativas revolucionarias que se abren ante la juventud en la Francia contemporánea (…) En una primera aproximación, es posible concebir a La chinoise de Godard como la expresión cinematográfica condensada de las variantes de un mismo mecanismo de adaptación rebelde político con las diferentes sensibilidades seudo creativas implicadas e implementadas por estos jóvenes radicales que “interpretan” el filme. El “estilo de vida” de estos jóvenes parece reducirse a la lecto-escritura, al camuflaje y la pintura de slogans, en un ambiente atiborrado de Libros Rojos de Mao y de frases extraídas de los clásicos del marxismo-leninismo, expresadas a través de una una gimnasia lúdica de interpretación portadora de una cadencia de repetición sistemática y abruptamente interrumpida (…) Este velo de extrañeza y confusión que presenta La Chinoise para su interpretación, es una marca de identidad característica de la filmografía del director. Esa confusión “intencional y provocativamente premeditada” estaba ya insinuada en la frase inicial de su segundo largometraje, Le petit soldat (El soldadito, 1960): “El tiempo de la acción ha pasado, comienza el de la reflexión” (…) El mecanismo de adaptación rebelde de Godard —que había entrado en crisis con la derrota del Mayo—, se expresa ahora en esa suerte de “dictadura del amateuriado” de un cine que “emana un horrible ambiente de soledad, irrealismo e irresponsabilidad” porque “son películas intelectuales completamente cerradas sobre sí mismas. Hoy Godard vive aislado en la célula de ese grupo”. Luego surgirán otras crisis que lo sacarán de ese supuesto enclaustramiento; las que supondrán, a su vez, el surgimiento de otros mecanismos que se expresarán en una suerte de “imprevisibilidad creativa” permanente que lo acompañará hasta el presente. En esta dirección, tal vez lo más relevante no sea evaluar si Godard tuvo o no tuvo una interpretación acabada sobre el Mayo francés, sino analizar como el acontecimiento —antes y después— operó como un insumo proyectivo (+) para la conformación y variación de su propio mecanismo de adaptación rebelde”.