Tras una primera introducción al cine de las vanguardias dadaísta y surrealista, las primeras cinco clases del curso sobre el cine de Luis Buñuel se ocuparon del análisis de las tres obras iniciales del gran director español: Un perro andaluz, La edad de oro y Las hurdes.
Según Buñuel, el verdadero objetivo del surrealismo era hacer estallar la sociedad, cambiar la vida. La voluntad de devolverle al individuo normalizado su libertad perdida, de darle acceso a su inconsciente reprimido, se lleva a cabo en Un perro andaluz a partir de distintos dispositivos fuertemente moldeados por la teoría de Freud. Para evidenciar el absurdo del orden normal supuestamente natural, lo fantástico se introduce en lo cotidiano sin provocar el asombro de los personajes y Buñuel comienza a componer su universo creativo.
En La edad de oro, más clara y más profundamente cuestionadora de los pilares de la sociedad burguesa, el director evidencia el compromiso político de dar cuenta del orden social que vivisecciona. El deseo reprimido se presenta en esta película como una fuerza inconsciente que se enfrenta a la sociedad represora y es a su vez cuestionado en su posibilidad liberadora: este amour fou surrealista se manifiesta tan posesivo como el amor romántico burgués.
Con Las hurdes se completa el universo que sustenta la obra de Buñuel. En formato documental, se aborda una realidad tan macabra que no precisa de elementos externos para generar en el espectador la extrañeza necesaria para interpelarlo. Esta “zona oscura” del país es a la sociedad civilizada lo que el subconsciente al individuo normalizado: la barbarie inaceptable.
Cabe destacar la importancia de la asistencia constante de un numeroso grupo de jóvenes estudiantes a las clases y a las funciones de cine, entrando en contacto con la obra de este gran maestro y reflexionando sobre cuestiones fundamentales en su constitución como individuos.