Expone: Dumas Oroño

Posted on Dic 05, 2004

Recato y sugerencia en los «Mitos» de Dumas Oroño, por Roberto de Espada

El mito, el sí­mbolo, han sido feraz terreno para todas las artes desde la poesí­a a la pintura. Para avalar el contenido poético de estas obras evoco las palabras de Dumas contando que cada mito era objeto de un relato que se le hací­a a los niños del taller para que teniendo “oí­dos para oí­râ€? oyeran con su particular bisel, a su modo. No es menos biselado el oí­do del artista que, en época de tinieblas, elaboró una serie en la cual la metáfora, el sí­mbolo, juegan papel preponderante. Eran tiempos de decir por elevación.

La serie funcionaliza determinadas resoluciones plásticas: la luz que comienza por iluminar el centro del cuadro y expandirse hacia sus márgenes es protagónica. La tonalidad vesperal (¿la “blaue stundeâ€?, la hora azul de los románticos alemanes?), puede trastrocarse tal como lo proclama una de las obras, en augural creadora del dí­a. La construcción parece ovillarse para luego ir desenvolviéndose en una constante ilusión dinámica que alude a lo femenino materno, a las formas que se doblan para acoger, hospedar, amparar, según la arcaica matriz, arquetí­pica, de la lí­nea curva. Y dar paso a la vida.

Estos Mitos son una tonificante y secreta apelación a la esperanza: Midas padece en su carne la maldición de la ambición que lo hostigara; el toro (la fiera) siempre puede ser vencida por Teseo…