Cine: La naturaleza humana

Posted on Ene 16, 2005

La naturaleza humana en cuanto tal, ha sido y es un concepto en entredicho. En la actualidad, las preocupaciones más acuciantes que se ciernen sobre este concepto están referidas a cuestiones bioéticas. ¿Es correcto o no intervenir sobre la azarosa combinación de la secuencia cromosómica? Se discute así­, la validez de las intervenciones genéticas en embriones, la clonación, la eugenesia, etc.

Los humanos nos preguntamos qué consecuencias pueden acarrear estas prácticas para nuestra dignidad, para nuestras ideas de libertad e igualdad. Pero más allá de los callejones a los que nos ha conducido el desarrollo de la ciencia y la técnica, siguen siendo enteramente discutibles las concepciones de la naturaleza humana, e incluso si tal naturaleza existe o no, o sea, si hay algo común, esencialmente idéntico, para todos los seres humanos. Las preguntas más complejas que nos podemos hacer sobre el sentido de la vida -de nuestra vida y de la de aquellos que nos antecedieron o nos sucederán- difí­cilmente puedan separarse de las preguntas que se refieren a la naturaleza humana: el lugar que ocupamos en el mundo, en la sociedad, las posibilidades o imposibilidades de transformar racionalmente para mejor o para peor, nuestras condiciones de vida.

Las concepciones sobre la naturaleza humana son, por lo general, un asunto filosófico. Estas concepciones nos remiten a la imagen que nos hacemos de nosotros mismos, de nuestras sociedades, de nuestras culturas, de la identidad o diversidad que podemos asumir en tanto seres humanos. Y lo hacen a través de las más diversas teorí­as: teológicas, biológicas, económicas, polí­ticas, sociales, etc. También lo hacen a través del cine, un medio muy apropiado para estas construcciones semánticas.

Si bien, en el presente, ya no somos lo suficientemente inocentes para aceptar, sin más, la simplificada contraposición entre un carácter humano intrí­nsecamente bondadoso (el «buen salvaje» de Rousseau) y un natural y malicioso egoí­smo humano (el «hombre enemigo del hombre» predicado por Hobbes en su Leviatán), este tópico parece estar subyaciendo en muchas de las grandes obras cinematográficas que hemos seleccionado para ordenar un ciclo que comienza este mes y que continuará en los próximos, el cual pretende, precisamente, volver a reflexionar, desde el presente, sobre este asunto: ¿cuál es el carácter esencial de la humanidad?, ¿en qué consiste ese algo que, incluso atravesando la historia, la sociedad y la cultura, nos hace semejantes en tanto humanos, a la vez que nos permite ser diferentes? Pelí­culas como Dersu Uzala y El viento nos llevará nos hablan de una naturaleza humana que tiende al entendimiento y la armoní­a. Otras, en cambio, como La violencia está en nosotros, La caza y Escape en tren nos plantean una perspectiva francamente pesimista. Enfrentarnos a esos lí­mites es el cometido de este ciclo.