Última entrega de un ciclo de calidades impregnadas de la sensación de lo nostálgico, melancólico y final. Casi arquetípicamente, el bloque se abre con Candilejas de Chaplin, una película que justamente hablaba (es una de las mejores líneas de diálogo del film) de «la elegante melancolía del crepúsculo». Más cruel es sin duda la decadencia de la protagonista de El ocaso de una vida de Wilder, y más dolorosa acaso la presencia de la muerte en El bosque de abedules de Wajda. Buen cine, además.