El espacio interior como escenario histórico. Los casos de Milou en Mai y The Dreamers en mayo del 68

Se trata de dos filmes que presentan una peculiar visión del Mayo francés y de la serie de acontecimientos que se suceden a nivel sociopolítico (con sus enfrentamientos callejeros como máxima expresión). Es posible explorar la reconstrucción histórica que estas películas proponen desde la óptica escenográfica de un espacio interior mutante. En ese sentido podemos concebir a Milou en mai como una película centrífuga: los personajes son catapultados desde el interior de una casa de campo (de arquitectura tradicional y atiborrada de objetos) hacia el exterior en un doble
movimiento que los termina enclaustrando en una caverna prehistórica. Los sucesivos cortes de luz que se producen en la casa (con su correspondiente estética “en sombras”) funcionan como dispositivo disparador de ese lanzamiento, el cuál, a su vez, es modulado por la huida-regreso del representante máximo del orden establecido: Charles de Gaulle. Por el contrario, The Dreamers es un filme centrípeto: los tres jóvenes encerrados en ese apartamento parisino (cuyo sentido vital se reduce al “puro sexo” y a la mera representación de sus íconos cinematográficos) son una muestra condensada de la multitud anónima que se manifiesta en las calles. En este caso, el deterioro escenográfico del interior -representado por el caos y la acumulación de basura- funciona como metáfora del propio conflicto interior de esos jóvenes atrapados en un espacio laberíntico de
impronta haussmaniana.