El cine de Roman Polanski

La obra de Roman Polanski se construye en torno a atmósferas peculiares, a espacios y tiempos distintos en los cuales sus personajes se desarrollan y relacionan. En sus primeros cortometrajes realizados en la Escuela de Lodz en Polonia durante la década del ’50, Roman Polanski esboza el universo cinematográfico y conceptual que más tarde desarrollará en sus poco menos de veinte largometrajes. En apariencia tan disímil por su vastedad y lo variopinto de los géneros abordados, el cine de Polanski define su estilo a partir de una serie de elementos que lo atraviesan cohesivamente.

El uso de estructuras circulares es un recurso estético presente en prácticamente toda su obra. Si bien su empleo puede ser más o menos evidente, más o menos abstracto, el regreso al punto de partida, habiendo adquirido otro conocimiento a partir del desarrollo de los hechos, construye siempre en el espectador una impresión esencialmente distinta de la misma situación (Repulsión¿Qué?Perversa luna de hiel). El espectador es siempre el observador privilegiado para percibir la doble capacidad de mostrarse de la imagen; un aspecto que remite a otro elemento del compendio cinematográfico de Polanski, el «voyeur». Recurso a partir del cual el espectador, en un constante juego de ubicarse desde los personajes o junto a ellos, observa sin ser visto una imagen que lo compromete en su atracción y repulsión.

Los climas opresivos de sus películas son representados a partir de diversos escenarios: éstos pueden tener lugar tanto en amplios espacios exteriores (es el caso del mar en El cuchillo bajo el agua o la campiña británica en Tess) como en enrarecidos ambientes interiores (RepulsiónEl bebé de RosemaryEl inquilino). Estos climas en los que sume a sus personajes (los escenarios y locaciones, el gran trabajo de arte, la fotografía, el diseño de sonido y el diseño de producción) constituyen el marco en el que Polanski explora los dispositivos oscuros de la mente humana e intenta desentrañar las motivaciones profundas de sus personajes dentro de sus relaciones interpersonales, así como la imagen que obtienen de sí mismos al verse reflejados en los otros.

En este sentido, la angulación y la composición del cuadro son elaboradas en función de los lazos de poder establecidos; su cambio y movimiento da cuenta, a su vez, de los pendulares vaivenes y fluctuaciones que tienen estas relaciones entre los personajes (desde El cuchillo bajo el agua hasta La muerte y la doncella, pasando por Chinatown y obteniendo su mayor grado de depuración en Cul-de-sac). Las disputas se representan compositivamente en el espacio cinematográfico y en el movimiento de la escena en el tiempo (Macbeth), trabajados mediante la unidad específica de lenguaje cinematográfico en el cine de Polanski: el plano secuencia. Los personajes entran y salen de cuadro acompañados o dejados de lado por la cámara mientras el encuadre se recompone constantemente.

La construcción del punto de vista se realiza a partir del fluir entre lo neutro y lo subjetivo, estableciendo la transición como un continuum dentro del plano secuencia (El inquilinoMacbeth). A partir de la puesta en escena Polanski une los personajes y establece la conexión entre los distintos hilos de la trama; pudiendo representar un inicio azaroso a partir de un cruce de caminos que pauta con fatalidad el desenlace de la historia (Tess, donde el comienzo es evocado en el final por el espectador hilando así a la distancia la estructura circular característica de su cine).

Polanski es, a fin de cuentas, un realizador que demuestra su solvencia estética en la construcción de un cohesivo estilo propio que permanece a pesar de los altibajos de su obra, inseparables de las turbulencias de su vida. Así como enfrenta a sus personajes al reflejo que los otros les devuelven, Polanski debe, en última instancia, enfrentarse a sí mismo —y a su arte— bajo su propio y particular reflejo, sus películas.

Curso de Lenguaje Cinematográfico

Este mes finaliza el curso de lenguaje cinematográfico El cine de Roman Polanski dictado por el Soc. Alejandro Ventura.