Nuevo Cine Norteamericano

«Turn on, tune in, drop out» (“enciéndete, sintonízate y salta afuera”): este aforismo
pronunciado en 1967 por el gurú de las drogas psicodélicas, Timothy Leary (1), fue la verdadera
proclama generacional, el grito de guerra que por fin proporcionó identidad masiva e impulsó a
la acción a millones de jóvenes consolidando de esa manera el mecanismo de adaptación
rebelde como predominante de la nueva década.

A partir de este aforismo se terminará de cerrar aquel círculo iniciado a comienzos de los 60 con los mods y rockers (2): la construcción de la dicotomía de los mundos contrapuestos (“nosotros” los jóvenes/“ellos” los adultos); así como su corolario, el corte inside/outside (“ellos” adentro del sistema/“nosotros” afuera). Se trataba de una vital contraposición espacioemocional de los jóvenes respecto a la lógica de la reproducción sistémica (en nuestros términos: el bloqueo externo sobre el potencial creativo del individuo) representada por sus “malditos” progenitores.

El Nuevo Cine Norteamericano (NCN) de los años 60 y comienzos de los 70 proporciona abundantes y calificados ejemplos que permiten analizar no sólo esta contraposición generacional —expresada por el aforismo de Leary—, sino también evaluar como se procesan cinematográficamente los diferentes insumos proyectivos —la apropiación simbólica de lo real— que se ponen en juego como forma de consolidar el nuevo mecanismo de adaptación rebelde.

El drop out, ese “saltar afuera” de la sociedad, podía concretarse de diferentes formas y a través de diferentes medios de transporte, todos los cuáles fueron contemplados por las películas del NCN: en moto (Easy Rider), en auto (Vanishing Point, Carrera contra el destino, de Richard Sarafian), en avión (Zabriskie Point, de Michelangelo Antonioni), en camión (Five Easy Pieces, Mi vida es mi vida, de Bob Rafelson), en tren (Boxcar Bertha, Pasajeros profesionales, de Martin Scorsese), en patrullero (The Sugarland Express, Loca evasión, de Steven Spielberg), finalmente a pie (Scarecrow, Espantapájaros, de Jerry Schatzberg).

Como esa contraposición joven/adulto y ese “saltar afuera” no permitió —y no lo hubiera poder hacer— la construcción de una “sociedad alternativa” al capitalismo realmente existente, entonces básicamente las expresiones fílmicas del NCN tendían a desarrollar finales cerrados (dónde la tragedia y la muerte sería siempre el común denominador). Varias de las películas antes citadas cumplen esta prerrogativa. A este listado habría que agregar: They Shoot Horses, Don´t They? (Danzad, danzad, malditos) de Sydney Pollack, Joe de John Avildsen, Midnight Cowboy (Cowboy de medianoche) de John Schlesinger, Last Summer (El verano pasado) de Frank Perry, entre otras.

Este ciclo, que comienza el viernes 10 de marzo con la exhibición de El graduado, pretende dar cuenta -a partir de una selección de sus películas más representativas-, de la relevancia cinematográfica de este NCN.

(1) Esta famosa frase la pronunció Leary en un discurso ante 30.000 hippies en la Human Be-In de San francisco. Según cuenta la leyenda, esta había sido una ocurrencia de Leary cuando se bañaba en respuesta a un pedido de Marshall McLuhan a propósito de definir “algo rápido” para promover los beneficios del LSD.

(2) Los que aparecen representados en la película Quadrophenia (1979) de Franc Roddam.

PROGRAMACIÓN

ABRIL

  • Baile de ilusiones (They Shoot Horses, Don’t They?), Sydney Pollack, 1969 – viernes 7, 20 hs.
  • Mi vida es mi vida (Five Easy Pieces), Bob Rafelson, 1970 – viernes 21, 20 hs.
  • Carrera contra el destino (Vanishing Point), Richard C. Sarafian, 1971 – viernes 28, 20 hs.

MAYO

  • Submarino amarillo (Yellow Submarine), George Dunning, 1968 – viernes 5, 20 hs.
  • Joe (Joe), John G. Avildsen, 1970 – viernes 12, 20 hs.
  • Bob y Carol y Ted y Alice (Bob & Carol & Ted & Alice), Paul Mazursky, 1969 – viernes 19, 20 hs.
  • Zabriskie Point (Zabriskie Point), Michelangelo Antonioni, 1970 – viernes 26, 20 hs.