El cine de Leonardo Favio (II)

Posted on Ene 10, 2004

Crónica de un niño solo fue un esbozo semiautobiográfico sobre la niñez abandonada y la crueldad de las instituciones destinadas a protegerla, narrado con sinceridad y elogiable nivel cinematográfico. Lo seguirí­a El romance del Aniceto y la Francisca, otra descripción de ambientes populares en la que Favio mostró su talento para retratar un mundo que conoce. En esos dos primeros films, probablemente los más logrados de su carrera, Favio habrí­a de revelarse fundamentalmente como un intuitivo, con un sentido muy particular para retratar los sentimientos y las experiencias de gente humilde, una sensibilidad para expresarse a través de la cámara y una capacidad para obtener de sus intérpretes una particular convicción.

Tras Soñar, soñar, realizado al filo mismo de golpe militar de 1976, Favio debió exiliarse y renunciar a una carrera cinematográfica que recién retomarí­a diecisiete años después, con Gatica, el mono. Antes de su exilio, Favio se habí­a labrado una fama lateral como cantante popular, y habí­a hecho gala también de una clara militancia peronista que le acarrearí­a problemas. Esa militancia anima Gatica, una pelí­cula ambiciosa, excedida y a menudo brillante que puede ser leí­da al mismo tiempo como una metáfora de la Argentina del primer peronismo y la posterior «revolución libertadora». En esa misma lí­nea se ubica un documental más reciente, Perón, sinfoní­a del sentimiento, cuyo tí­tulo es ya todo un programa: el peronismo no es una ideologí­a sino un sentimiento (como Peñarol o Boca Juniors), y la pelí­cula acumula a través de un montaje a menudo ágil mucho material de archivo, dibujos cursis y testimonios diversos que exaltan acrí­ticamente a su héroe y denigran a todo opositor.

El ciclo, que comenzó el mes pasado, culmina el 8 de febrero.